jueves, 27 de febrero de 2014

El rol de la inflamabilidad de muebles en las pérdidas ocasionadas por incendios

Problema Viejo, Aspecto Nuevo

Por Fred Durso, Jr.    

El rol de la inflamabilidad de muebles en las pérdidas ocasionadas por incendios residenciales ha sido debatida y estudiada durante décadas. Al centro de una nueva ronda de actividades, inevitablemente surge una pregunta clave: ¿y ahora… como seguimos?

Si usted se encuentra cómodamente sentado en su sillón favorito para leer este artículo, debería saber que ese lugar en el que está sentado ha sido objeto de gran debate durante décadas.

Sillones, sillas y otras piezas de mueblería, muchas de ellas generosamente rellenas con materiales combustibles, juegan un importante papel en la propagación de incendios residenciales, en los daños a la propiedad, muertes y lesiones. Según estadísticas de NFPA, los muebles tapizados, siendo el primer artículo que se enciende o el artículo principal que contribuye a la propagación del fuego, han tenido un papel preponderante en casi un cuarto de todas las muertes producidas en incendios estructurales residenciales en años recientes.

La inflamabilidad de los muebles—la probabilidad de que una pieza de mueblería se encienda al ser expuesta al fuego—también contribuye a la creciente preocupación sobre bomberos combatiendo, como nunca antes, incendios cada vez más importantes y de más rápida propagación. La espuma de poliuretano que rellena la mayoría de los muebles tapizados de la actualidad, se enciende rápidamente y puede producir una combustión súbita de propagación veloz y generalizada en la vivienda. Según un artículo publicado el año pasado en The New York Times, el comportamiento de los incendios residenciales se ha modificado tan drásticamente en las últimas décadas, que el Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York ha comenzado investigaciones sobre nuevas tácticas para el combate de incendios, que dan tratamiento a la amenaza generada por las piezas de mueblería. Todo esto está sucediendo en ausencia de una normativa nacional que requiera pruebas de inflamabilidad para los muebles tapizados. Desde la década del 70, California ha requerido pruebas de inflamabilidad para todos los muebles tapizados que se venden en el estado, y estos requisitos se consideran, a nivel nacional, una norma de facto. Pero los expertos dicen que es imposible saber cuántos fabricantes en el país están dando cumplimiento a los requisitos de California, y que una reglamentación nacional aseguraría una mayor cantidad de pruebas mientras se implementan los procedimientos de prueba normalizados.

California también está lista para entregar una cláusula clave sobre pruebas de llama abierta de la nueva edición de su reglamentación, una movida que ha inducido a otras organizaciones a considerar el tratamiento del problema de la inflamabilidad de los muebles—incluida la necesidad de una norma nacional. La Comisión de Seguridad de Productos para el Consumidor (CPSC, por sus siglas en inglés), que ha reglamentado con efectividad la inflamabilidad de los colchones, recientemente ha buscado aportes para el desarrollo de una norma sobre la inflamabilidad de los muebles. NFPA también ha hecho de este tema una prioridad. En respuesta a la actividad en California y en la CPSC, el año pasado la Junta Directiva de la NFPA le solicitó a la Asociación que defina y describa el problema de la inflamabilidad de los muebles. El libro blanco resultante, “Inflamabilidad de los muebles tapizados”, fue terminado en febrero y contiene un análisis detallado sobre incendios residenciales en donde hay muebles involucrados. (Un extracto se encuentra disponible en nfpa.org/furniture_analysis.) Además, el Consejo de Normas de la NFPA está solicitando Comentarios Públicos para un posible método de prueba que evalúe la resistencia al fuego de los muebles tapizados expuestos a la llama de una fuente de ignición.

“Es oportuno tratar este tema, ha llegado el momento”, dice Philip Stittleburg, presidente de la Junta Directiva de la NFPA. “Hemos abordado otros aspectos de los incendios residenciales y de las muertes por incendio; desde rociadores de incendio residenciales hasta el uso de alarmas de humo, y ahora es el momento de reconsiderar el tema de los artículos de mueblería. Es un problema en el que estuvimos trabajando durante muchos años, y es necesario ponernos de acuerdo en tanto a cuál será nuestro próximo paso lógico”.

TB 117 y el debate sobre las pruebas de llama abierta de California
En 1975, luego de revisar los datos de incendio del estado, los legisladores de California decidieron reglamentar la prueba de los muebles tapizados que se vendían en el estado y emitieron un Boletín Técnico (TB) 117, Requisitos, procedimiento de pruebas y aparatos para la prueba del retardo de llama de materiales de relleno resilientes utilizados en muebles tapizados. Casi 40 años después, California continúa siendo el único estado que cuenta con una prueba de inflamabilidad para muebles en sus registros.

Reacios a perder el masivo mercado potencial del estado, muchos fabricantes del país han adherido a los requisitos de California. “Algunos de los más importantes fabricantes no saben necesariamente a dónde se enviarán sus productos ni en dónde se venderán”, de modo que cumplen la reglamentación de California, dice Tonya Blood, jefa de la Oficina de Reparaciones de Electrodomésticos, Mobiliario para el Hogar y Aislación Térmica de California, que controla al TB 117. “Producen masivamente, y es más eficiente para ellos producir un solo tipo de mueble”.

Pero resulta difícil calcular la cantidad de fabricantes de muebles y proveedores de material en otros estados que adhieren a la norma californiana; los representantes de la industria creen que la mayoría de los fabricantes están dando cumplimiento a la norma, mientras que algunos del sector de pruebas son más escépticos. “Nadie puede decirlo”, dice Dick Gann, científico emérito del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST por sus siglas en inglés), quien ha estado investigando la inflamabilidad de los muebles y otras cuestiones relativas a los incendios durante casi el mismo tiempo en que ha existido el TB 117. “No podría ni siquiera estimar si es el 10 por ciento o el 90 por ciento del mobiliario vendido en los otros 49 estados que cumplen con estas normas. No hay manera de rastrearlo”.

Las pruebas del TB 117 han ido evolucionando hasta incluir la prueba en telas de tapicería y en muebles a escala. En comparación, el Reino Unido tiene su propio conjunto de requisitos de prueba para llamas abiertas y fuentes sin llama elaborados en torno a la Norma Británica 5852, Métodos de prueba para la evaluación de la combustibilidad de asientos tapizados mediante fuentes de ignición con y sin llama. Emitida originariamente en 1980, la norma prueba componentes a escala y piezas de mobiliario, y ha continuado de manera bastante consistente desde su edición 1988.

La norma californiana incluye la prueba de igniciones sin llama, tales como incendios provocados por cigarrillos, así como igniciones de llama abierta provocadas por fuentes tales como cerillas o velas. La prueba sin llama evalúa la resistencia a la ignición por cigarrillo en telas de tapicería, materiales de barrera y materiales de relleno, con cada componente montado a escala y expuesto a la ignición de un cigarrillo encendido.

El año pasado, sin embargo, California dio comienzo a los esfuerzos para revisar el TB 117—la primera revisión desde que se efectuaron modificaciones menores en la edición 2000—y eliminó la prueba para la pequeña llama abierta. La prueba requería que la espuma de poliuretano, utilizada comúnmente como relleno para muebles, soportara la exposición a una pequeña llama abierta durante 12 segundos. Una manera—y la más accesible—de que la espuma altamente combustible pudiera pasar dicha prueba era la de ser tratada con productos retardantes de fuego. Preocupados por la posible toxicidad de algunos de estos productos químicos, grupos defensores de consumidores y personas a cargo de la elaboración de normas del estado, con el apoyo del Gobernador Jerry Brown, presionaron para que se eliminara del TB 117 la prueba de llama abierta. Argumentaron que la prueba sólo alentaba el uso de productos retardantes de fuego, potencialmente tóxicos, y que generaba una amenaza mucho más seria que el mismo fuego. Una revisión propuesta para el TB 117 elimina la prueba de llama abierta pequeña. No obstante, Blood dice que, en un futuro cercano, la Oficina continuará estudiando las pruebas de ignición de llama abierta.

La posición de la NFPA sobre la revisión, es que pruebas que se enfocan principalmente en igniciones de cigarrillos encendidos no toman en cuenta aspectos importantes con respecto al papel que los muebles tapizados pueden jugar en escenarios de incendio del mundo real. En una carta dirigida a Blood, enviada como parte del período de comentarios públicos para el TB 117, el Presidente de la NFPA James Shannon citó un reciente análisis de la NFPA respecto a las estadísticas nacionales sobre las pérdidas ocurridas en incendios residenciales relacionadas con muebles tapizados. El análisis, llevado a cabo por el Dr. John Hall, director de la División de Análisis e Investigación de Incendios de la NFPA, determinó que los muebles tapizados constituyen el artículo principal que contribuye a las muertes en incendios residenciales, y que da cuenta del 24 por ciento de todas las muertes en incendios residenciales de los últimos años. (Este porcentaje incluye tanto incendios que comenzaron en muebles tapizados como incendios que crecieron y se propagaron básicamente mediante la participación de los muebles tapizados.) De esas muertes, 45 por ciento pueden atribuirse a la ignición por cigarrillo. Un 21 por ciento adicional puede atribuirse a la ignición por llama de algún otro artículo encendido—habitualmente una fuente de llama abierta mayor—y un 10 por ciento puede atribuirse a la ignición de una llama abierta pequeña. Los hallazgos de Hall están incluidos en el libro blanco sobre “Inflamabilidad de los muebles tapizados”. (Para más estadísticas, vea “Inflamabilidad de muebles en números”)

“Reflejando estas estadísticas, la NFPA cree profundamente que una reglamentación de seguridad contra incendios debe abarcar en su totalidad los muebles tapizados y debe dar abordaje a la completa gama de escenarios de incendios de envergadura, incluidos los escenarios de llama abierta”, Shannon le escribió a Blood. “También creemos que los resultados de las pruebas de incendio deben reflejar el comportamiento de los muebles a escala completa en estos escenarios. Investigaciones recientes hechas por NIST y CPSC sugieren que la sola prueba de ignición sin llama sobre un componente (como la propuesta en el TB 117) no refleja de manera adecuada este comportamiento”.

No sólo igniciones sin llama: Desarrollo de nuevas pruebas de llama abierta
Para dar abordaje a la probable remoción de las pruebas de llama abierta del TB 117, NFPA se encuentra en la fase inicial para determinar si desarrollará su propia prueba de llama abierta. Durante la reunión de agosto del Consejo de Normas de la NFPA, el Comité de la NFPA sobre Pruebas de Incendio presentó ante el Consejo una solicitud para desarrollar dicha prueba. El comité tiene a su cargo la NFPA 260, Métodos normalizados de prueba y sistemas de clasificación para la resistencia a la ignición por cigarrillos en componentes de muebles tapizados, y NFPA 261, Método normalizado de prueba para la determinación de la resistencia de montajes del material de muebles tapizados a escala a la ignición con cigarrillos encendidos. Sin embargo, ambas pruebas, únicamente dan abordaje a igniciones sin llama. (En 1990, ASTM International, antes la Sociedad Estadounidense de Pruebas y Materiales, emitió dos normas similares en su alcance a la NFPA 260 y NFPA 261 que también trataban las igniciones por cigarrillos.) Se puso en consideración el pedido del comité, y el Consejo de Normas se encuentra ahora solicitando comentarios públicos sobre la necesidad de dar tratamiento al escenario de pruebas de llama abierta.

“El comité entiende que la ignición por llama abierta es un riesgo importante para los incendios de muebles tapizados”, dice Tracy Vecchiarelli, enlace de personal de NFPA para NFPA 260 y NFPA 261. “La industria tiene un bache allí, y estamos intentando arreglarlo”. En algún momento del año que viene, el Consejo de Normas revisará todos los comentarios públicos sobre el tema y comenzará el desarrollo de un método de prueba para igniciones de llama abierta.

En otras partes, hay esfuerzos en curso para desarrollar métodos alternativos para la fabricación de muebles tapizados más resistentes al fuego. En la actualidad, NIST y la Oficina de Protección del Medioambiente están trabajando para identificar la próxima generación de retardantes de fuego responsables para con el medio ambiente. Otras investigaciones sugieren que puede ofrecerse resistencia a la ignición por llama abierta utilizando sistemas de barrera cortafuego, una combinación de capas y recubrimientos para telas de muebles tapizados que o bien retardan el crecimiento del incendio o evitan la ignición de los materiales de relleno. NIST está investigando sistemas de barreras cortafuego y métodos de medición para determinar si estos sistemas funcionan, dice Gann, y estudios de la CPSC llevados a cabo junto con NIST han indicado una “significativa promesa” para las barreras. Blood dice que la Oficina lanzará un estudio de dos años sobre barreras cortafuego que comenzará tan pronto como se termine la edición 2013 del TB 117. También está en curso un trabajo de desarrollo de espuma de poliuretano flexible para muebles tapizados que tiene una menor tendencia a la ignición sin llama, y si se enciende, lo hace a una velocidad menor que las espumas habituales.

Mientras tanto, algunos grupos están ejerciendo presión para lograr el cumplimiento voluntario de las pruebas de inflamabilidad. El Consejo de Acción de Muebles Tapizados (UFAC), una asociación industrial de comercio, cuenta con sus propios métodos de prueba voluntaria que guían la ignición por cigarrillos de los componentes de los muebles. Según este grupo, 73 fabricantes han asumido el “compromiso” con UFAC para producir muebles que adhieren a su prueba de resistencia a la ignición por cigarrillos, similar en su alcance a NFPA 260.

Todos estos esfuerzos parecieran estar teniendo un impacto en la reducción de pérdida de vidas y propiedades. En las últimas tres décadas, según el libro blanco de la NFPA, ha habido una tendencia descendente en incendios que comienzan con la ignición de muebles tapizados y pérdidas asociadas, pero es incierto el tiempo en que pueda continuar esta tendencia. “Es claro que han habido ganancias sustanciales como resultado de lo que se ha hecho”, dice Gann de NIST. “Pero los métodos de prueba han existido por más tiempo que lo que hemos tenido nuestros muebles en nuestros hogares. Si tales pruebas dieran por resultado una caída del 40 por ciento en las fatalidades ocurridas por incendios de mobiliario, allí haríamos base, dado que los muebles que cumplen esos requisitos no serían mejores ni peores”.

Reglamentación nacional: Cuatro décadas de elaboración
Durante cuatro décadas, CPSC ha estado trabajando esporádicamente en la versión de una norma federal sobre pruebas de inflamabilidad. Como parte del último esfuerzo de la CPSC, NFPA envió sus opiniones, en las que se reflejaban la retroalimentación enviada para la revisión del TB 117, durante el período de comentarios públicos que finalizaba en julio sobre el desarrollo de una norma para pruebas de resistencia a la ignición por cigarrillo. El personal de CPSC se encuentra en la actualidad evaluando y probando propuestas de opciones de normas de desempeño.

Abundan las teorías sobre la razón por la cual no existe aún una reglamentación nacional sobre pruebas de inflamabilidad en muebles. Gann tiene la hipótesis de que no tenía sentido enfrentar un problema cuando las soluciones —TB 117, así como las normas UFAC, ASTM y NFPA—parecían hacerlo. La resistencia de la industria no ha sido realmente un factor, dice Hall de NFPA, dado que los fabricantes de muebles tenían pocos motivos para creer que una norma nacional sería muy diferente de la reglamentación californiana, que muchos de ellos ya cumplían. Asimismo, los datos sobre la inflamabilidad de los muebles se enfocaban habitualmente en el primer artículo encendido, y sólo recientemente, cuenta Gann, las investigaciones revelaron que el daño en la propiedad, lesiones y muertes ocurridos en incendios con muebles tapizados aumentaban cuando se consideraban los muebles como artículo principal que contribuía a la propagación del fuego, un tema subrayado en el reciente análisis de NFPA. En 1999, una versión actualizada del Sistema Nacional de Informes de Incidentes de Incendio, que recopila una cantidad de datos de los departamentos de bomberos de los EE.UU., comenzó a juntar información sobre los principales artículos que se encienden durante los incendios, facilitando a los investigadores la cuantificación del problema.

La detallada investigación de métodos de prueba antes de convertirlos en ley, pudo haber también demorado la implementación. “Es necesario hacer la tarea para asegurarse que se ha seleccionado la prueba correcta a pequeña escala, de modo de tener la confianza de que se logrará la predicción de una prueba a escala completa”, dice Gann. “En estos momentos, quienes están a cargo de elaborar las reglamentaciones no cuentan con esa seguridad”. NIST está intentando obtener esa seguridad mediante el análisis de diversas configuraciones de telas y rellenos para muebles, cuenta Gann, con el objetivo de categorizar estas configuraciones en un puñado de procedimientos para pruebas de inflamabilidad.

A medida que continúan las investigaciones y que las personas a cargo de las reglamentaciones consideran sus próximos pasos, NFPA busca aumentar la conciencia sobre los incendios de mobiliario que son responsables aproximadamente de 610 muertes al año, o casi un cuarto de todas las fatalidades ocurridas en incendios residenciales. “No estoy tan seguro si el problema de la inflamabilidad de los muebles es lo suficientemente reconocido”, dice Stittleburg de NFPA. “Supongo que si se considera el contexto global, 610 muertes podrían no parecer tan significativas si se piensa en la cantidad de gente que muere en accidentes de tráfico. No obstante, 610 muertes es un número alto para nosotros, y continuaremos concientizando y encontrando soluciones a este problema”.

Fred Durso, Jr. es redactor del NFPA Journal.
Inflamabilidad de muebles en números
Según un reciente análisis de NFPA sobre incendios en los últimos años, se ha encontrado que los muebles tapizados son responsables de:

+ La mayor cantidad de muertes por incendio ocurrido por ignición de cualquier artículo en los hogares estadounidenses

+ 8,900 incendios estructurales residenciales

+ 480 muertes—casi el 20 por ciento de todas las muertes ocurridas en incendios residenciales—840 lesiones y US$427 millones en daños a la propiedad cuando se encienden en primero lugar los muebles tapizados

+ 610 muertes—casi un cuarto de todas las muertes ocurridas en incendios residenciales—1,120 lesiones, y US$566 millones de daños en propiedades cuando los muebles tapizados fueron el artículo principal que contribuyó a la propagación del incendio

+ 1,900 incendios, 270 muertes de civiles, 320 lesiones en civiles y US$97 millones en daños a la propiedad cuando la fuente de ignición era producto de tabaco encendido

+ 2,200 incendios, 130 muertes de civiles, 280 lesiones de civiles, y US$138 millones en daños a la propiedad cuando la fuente de ignición era una llama abierta de otro incendio

+ 1,500 incendios, 70 muertes de civiles, 140 lesiones de civiles, y US$81 millones en daños a la propiedad cuando la fuente de ignición eran equipos en funcionamiento, tales como los calefactores ambientales

+ 1,400 incendios, 60 muertes de civiles, 220 lesiones de civiles, y US$69 millones en daños a la propiedad cuando la fuente de ignición era una pequeña llama abierta, como una vela o cerilla

+ 1,300 incendios, 60 muertes de civiles, 130 lesiones de civiles, y US$150 millones en daños a la propiedad cuando la fuente de ignición era una brasa, ceniza u otro objeto caliente o candente sin clasificar

+ 600 incendios, 20 muertes de civiles, 30 lesiones de civiles, y US$31 millones en daños a la propiedad cuando la fuente de ignición estaba sin clasificar, era otra, o una fuente de calor múltiple

Fuente: “Inflamabilidad de muebles tapizados” de NFPA. Para leer extractos del informe, visite nfpa.org/furniture_analys

- See more at: http://nfpajla.org/?activeSeccion_var=50&art=586#sthash.xGdsIkVe.dpuf

domingo, 5 de junio de 2011

RIESGOS DE INCENDIOS EN QUIROFANOS

¿Es posible tener un incendio en un quirófano?

POR Juan José Agún González1 y Oscar Rodríguez Berges2
1Centro de Recuperación y Rehabilitación de Levante. Valencia. España
2Centro de Recuperación y Rehabilitación de Levante. Valencia. España

Podemos pensar que un quirófano es el Sancta Sanctorum de un Hospital, el sitio más "seguro" dentro del entorno más controlado, en todos los aspectos.
Pero, es un hecho contrastado, aunque no siempre difundido, que los incendios en quirófano existen y suelen ser por causas internas al propio quirófano.
Durante una intervención quirúrgica tenemos una posibilidad de sufrir un incendio en el momento más peligroso de la vida de un paciente y crear una situación de emergencia en un área crítica.
Los objetivos de esta investigación son:
- Incidir en la posibilidad de tener un incendio en quirófano.
- Analizar las posibilidades del riesgo.
- Detectar conductas y elementos peligrosos.
- Analizar las medidas preventivas a adoptar.

COMBUSTIBLES: Un combustible, básicamente, es cualquier cosa que pueda quemarse, incluyendo casi todo lo que entra en contacto con los pacientes, así como los propios pacientes. En un quirófano existen multitud de componentes susceptible de ser combustibles.

Tabla I. Tabla combustible en quirófano

COMBURENTE: El comburente por antonomasia es el oxígeno atmosférico, que se encuentra normalmente en el aire con una concentración porcentual en volumen aproximada del 21%. Todos los comburentes tienen en su composición oxígeno disponible, ya sea en forma de oxígeno molecular, como se ha dicho, o bien como ozono, o diversos óxidos u oxácidos que ceden el oxígeno al momento de la combustión. Para que se produzca la combustión es necesaria la presencia de una proporción mínima de oxígeno, que por regla general va de un 15% hasta en casos extremos de un 5%.

La anestesia, a menudo, requiere la entrega de oxígeno (por encima del 21%) para garantizar una correcta oxigenación del paciente. Una característica del oxigeno es que es más pesado que el aire y por lo tanto tiende a acumularse en las zonas baja

s como por ejemplo en la cavidad torácica del paciente, o en los pliegues del campo quirúrgico).

Con el aumento de oxígeno es más fá

cil de producir un incendio, se quema más rápido, produce más calor y es más difícil de extinguir.

Existen otros gases en el quirófano que pueden producir oxígeno, como puede suceder en la descomposición térmica del Óxido Nitroso. Ciertos gases pueden apoyar la combustión, como ejemplo, la ficha de seguridad del Protóxido de Nitrógeno N2O (anestésico general: sistema nervioso y central) nos indica:

Tabla II. Ficha de seguridad del N2O (Protóxido de nitrógeno)

Reacción en cadena

Proceso que permite la continuidad y propagación del incendio siempre que se mantenga el aporte de energía de activación,

combustible y comburente.

Hasta los años 50 el triángulo del fuego explicaba perfectamente el fenómeno de la combustión, pero a partir de la utilización de agentes extintores para la aeronáutica, como el Tetracloruro de carbono, se observó que estos extinguían el fuego sin incidir en ninguno de los tres lados del triángulo, por lo que se convirtió en el tetraedro del fuego, incorporando la reacción en cadena como un elemento más.

Una vez iniciado el incendio, existen numerosos materiales con componentes plásticos que son capaces de mantener una llama y una combustión lenta con la cual podemos mantener la reacción en cadena y producir quemaduras en el pacien

te o a los trabajadores.

Por ejemplo, al producirse el incendio y arder los paños de campo adhesivos con componentes plastificados generamos unas gotas incandescentes.

Fig.3 Partes incandescentes de un paño
de campo quirúrgico ardiendo
Según el Reglamento electrotécnico de baja tensión se considera a un quirófano
(ITC-BT-38 del Reglamento electrotécnico para baja tensión aprobado por
REAL DECRETO 842/2002, de 2 de agosto. BOE núm. 224 del miércoles 18 de septiembre.)

Medidas contra el riesgo de incendio o explosión

Para los quirófanos o salas de intervención en

los que se empleen mezclas anestésicas gaseosas o agentes desinfectantes inflamables, la figura 2 muestra las zonas G y M, que deberán ser consideradas como zonas de la Clase I; Zona 1 y Clase 1; Zona 2, respectivamente, conforme a lo establecido en la ITC-BT-29. La zona M, situada debajo de la mesa de operaciones (ver figura 2), podrá considerarse como zona sin riesgo de incendio o explosión cuando se asegure una ventilación de 15 renovaciones de aire/hora.

Los suelos de los quirófanos o salas de intervención serán del tipo antielectrostático y su resistencia de aislamiento no deberá exceder de 1 MW, salvo que se asegure que un valor superior, pero siempre inferior a 100 MW, no favorezca la acumulación de cargas electrostáticas peligrosas.

En general, se prescribe un sistema de ventilación adecuado que evite las concentraciones de los gases empleados para la anestesia y desinfección.

Tabla III. REBT
Zonas con riesgo de incendio y explosión en
el quirófano, cuando se empleen mezclas
anestésicas gaseosas o agentes desinfectantes inflamables

Como método de trabajo se va a tener en cuenta el método básico de la repetición de un hecho para encontrar las causas no fortuitas.

En nuestro caso:

- Análisis de la zona de trabajo (quirófano).

- Estudio de los materiales del entorno (inflamabilidad y transmisión del fuego de telas, plásticos, gases, etc.)

- Estudio de los métodos de trabajo.

- Reproducción de varias situaciones de riesgo con incendio.

Como material utilizaremos:

- Material de uso en quirófano (Povidona Iodada, Clorhexidrina, Paños de campo quirúrgico, bisturí eléctrico, oxigeno en gas, mascarillas y un paciente (conejo).

Resultados

A modo de resumen, podemos decir, que los incendios en quirófano es un riesgo presente con una baja incidencia, en EEUU desde enero de 1995 hasta junio de 1998 han tenido 167 incendios en quirófano (según M E Bruley, Surgical fires: perioperative communication is essential to prevent this rare but devastating complication, Qual Saf Health Care 2004;13:467-471) y en España se desconocen los datos.

En la búsqueda de las causas de un incendio en quirófanos

se han realizado varios experimentos para determinar:

- La posibilidad de reproducir un fuego con los elementos quirúrgicos habituales.

- Análisis de la inflamabilidad de diferentes elementos.

- Análisis de los daños directos e indirectos.

- Estudio de las posibles medidas preventivas a aplicar.

Para poder responder a los cuatro planteamientos que nos hemos impuesto se realizan diferentes experimentos:

Mediante la aplicación de llama directa, determinar la facilidad de inflamación de:

- Povidona Iodada (20cc): se aplica llama directamente durante 1 minuto, llegando a una temperatura de aprox. 60 º C. Al retirar la llama se mantiene durante menos de 1 segundo. NO INFLAMA.

NOTA: La Povidona iodada con ETANOL a 70% v/v final según indica la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria "No calentar el producto, ni utilizarlo próximo a una fuente de calor o de llama, debido al riesgo de inflamabilidad por la presencia del alcohol."

- Clorhexidrina (20cc): se aplica llama directamente durante 1 minuto, llegando a una temperatura de aprox. 60 º C. Al retirar la llama NO se mantiene. NO INFLAMA.

- Paño adhesivo de campo estéril (de 100cm x 75 cm y banda adhesiva de 100 cm. SE INFLAMA INMEDIATAMENTE al aplicarle una llama, el paño se fusiona y aparecen gotas con llama las cuales pueden quemar fácilmente la tela o sabana que se coloca debajo del paciente.

Fig.5 paño adhesivo fusionado, con llama.

Fig.6 Llama en sabanilla con duración de >3 seg

Fig.7 Efectos de la llama en la sabanilla de algodón.

- Como dato, se indica en los folletos de características de la marca:

"Todos los campos quirúrgicos XXX están clasificados como productos con inflamabilidad normal (clase I) utilizando el Estándar de la Comisión de Seguridad de productos para el Consumidor del Código de Reglamentos Federales (CFR) 1610 respecto a la inflamabilidad de textiles para ropa.

Esta prueba es el estándar vigente en la industria y se utiliza para diferenciar los materiales que tienen inflamabilidad normal de aquellos que pueden quemarse intensamente y con rapidez."

Las restricciones del "The General Fammable Fabrics Act Flammability" que aplica a todas las vestimentas están basadas en 3 normas de inflamabilidad diferentes. Estas normas están establecidas en el Código de Regulaciones Federales (

CFR) en el 16 CFR 1610, et seq.:

En cuento al riesgo de incendio, es claro que cuando utilizamos elementos que generar calor, como un
electrobisturi; y en combinación con elementos combustibles, como los hay en un campo quirurgico; sumado a la calidad y cantidad del comburente de un quirofano. Es importante tener esto presente para prevenir un incendio y afectar a un paciente.

Un caso estudiado sobre este tipo de incendio, fue realizado sobre una Paciente de 63 años que es sometida a una blefaroplastia bilateral bajo anestesia local; durante el transcurso de la misma se desencadena un incendio en quirófano debido a una chispa producida por el bisturí eléctrico. Como consecuencia del incendio se producen quemaduras en la paciente con secuelas estéticas.

Los incendios en quirófano con afectación del paciente no son una complicación desconocida, existiendo una media de 20 a 30 incendios anuales sólo en Estados Unidos (1). En la literatura científica se recogen varios artículos que describen situaciones parecidas ocurridas durante cirugía no solo facial, sino incluso ocular (2,3), coincidiendo en todos los casos tres factores causales (1-5), a saber:

Una fuente de calor, material inflamable y oxígeno catalizador.

La fuente de calor causante puede ser cualquiera capaz de generar una chispa, en nuestro caso el bisturí eléctrico, pero también ha sido descrita esta c

omplicación con cauterios a pilas e incluso fuentes de láser y luz.

El material inflamable va desde los paños quirúrgicos, ya sean de algodón o de plástico impermeable, a los tubos de oxígeno, compresas quirúrgicas y hasta el pelo y vello del paciente, incluso si se han utilizado lacas y perfumes que puedan impregnarle.

Un ambiente enriquecido de oxígeno facilita

la combustión. Si la concentración normal atmosférica del oxígeno es del 21%, en atmósferas enriquecidas de oxígeno cualquier material prenderá y arderá con mayor facilidad, incluso materiales poco

inflamables en condiciones normales, como el tubo de plástico.





Puede consultar las notas completas en:



domingo, 10 de abril de 2011

Pruebas de incendio para combustibles de etanol

Por Guy Colonna

En el año 2005, la Ley de Política Energética de los Estados Unidos estableció los objetivos iniciales para la inserción de combustibles renovables, entre ellos el etanol.

Para ser utilizado como combustible, el etanol puro se transporta desde la planta en que se produce hacia las instalaciones de mezcla, donde es desnaturalizado o transformado en inaceptable para uso humano, mezclándolo con una pequeña cantidad de hidrocarburo, generalmente gasolina. Actualmente, son dos las mezclas que se utilizan en los Estados Unidos como combustible para vehículos motorizados: E10, una mezcla de 90 por ciento de gasolina y 10 por ciento de etanol que puede utilizarse en todos los vehículos fabricados desde principios de los años '80, y E85, una mezcla de 15 por ciento de gasolina y 85 por ciento de etanol que sólo puede usarse en vehículos especialmente equipados.

Los vapores del etanol son más pesados que el aire y se dispersan rápidamente. El etanol combustible se mezcla con el agua, pero se separa a concentraciones más altas. Y el etanol es menos tóxico que la gasolina o el metanol; el etanol puro no contiene agentes carcinógenos.

En el año 2006, la industria del etanol produjo 6 mil millones de galones de etanol, que fueron mezclados en el 46 por ciento del suministro de gas de los Estados Unidos.¹

Propiedades de las mezclas combustibles con etanol y gasolina
PropiedadComentario
Densidad del vaporMás pesado que el aire, el vapor del etanol se dispersa rápidamente
Solubilidad en aguaEl etanol combustible se mezcla con el agua, pero se separa a concentraciones más altas
ToxicidadMenos tóxico que la gasolina o el metanol; sin presencia de agentes carcinógenos en el etanol puro, la mezcla con gasolina es carcinógena debido a la presencia de benceno
Propiedades de los riesgos de incendio
ProriedadComentario
Punto de inflamación momentáneaGasolina = -45° F
Etanol = 55° F
E 85 = entre -20º y -4º F
Límites de inflamabilidad

Límite explosivo inferior (LEL) del etanol = 3,3%; Límite explosivo superior (UEL) = 19%

Límite explosivo inferior (LEL) de la mezcla E 85 = 1,4%; Límite explosivo superior (UEL) 85 = 19%

Límite explosivo inferior (LEL) de la gasolina = 1,4%; Límite explosivo superior (UEL) = 7,6%

Presentan un rango más amplio que el de la gasolina

Riesgos de incendio
Tratándose de un alcohol, el etanol presenta ciertos riesgos de incendio. Su punto de inflamación momentánea es de 55ºF (12,9ºC), mientras que el punto de inflamación momentánea de la gasolina es de -45ºF (-42,8ºC), y la mezcla E85 oscila entre -20ºF y -4ºF (entre -28,9ºC y -20ºC), y presenta un rango más amplio de límites de inflamabilidad que la gasolina. Para los equipos de primera respuesta a emergencias, ello implica que durante una liberación de la mezcla típica de etanol/gasolina, se puede prever que el combustible se comporte como la gasolina: Es más pesado que el aire —como hemos mencionado anteriormente— y puede producir vapores y formar mezclas inflamables en el aire, bajo la mayoría de las condiciones ambientales.

A través de los reportes de noticias, el autor conoce que desde el año 2000 se han producido 25 incendios en los que se vio involucrado el etanol, incluyendo incendios en plantas de etanol, en instalaciones de almacenamiento de etanol y en el transporte de etanol por todos los medios: terrestres, ferroviarios, fluviales y marítimos. Estos incidentes resaltan los problemas que enfrenta el personal de primera respuesta a emergencias cuando el etanol puro se prende fuego.

En el año 2006, el Departamento de Transporte (DOT) de los Estados Unidos emitió un alerta en el que recomendaba el uso de espuma resistente al alcohol para mezclas combustibles de etanol y gasolina. El alerta remitía al personal de respuesta a emergencias a la Guía de respuesta a emergencias (ERG, por sus siglas al inglés) del DOT para la implementación de sus acciones, en particular a la Guía 127, Líquidos inflamables polares/miscibles con agua.

A fin de colaborar con el personal de respuesta a emergencias en el control de dichos incendios, en el año 2006 se formó la Coalición de Respuesta a Emergencias por Etanol (EERC, por sus siglas en inglés) para investigar aquellos aspectos de la respuesta a emergencias asociados con la distribución y el almacenamiento a granel de combustibles mezclados con etanol. Entre los miembros de la EERC se incluyen ANSUL, la Asociación Independiente de Terminales de Almacenamiento de Líquidos a Granel (Independent Liquid Terminal Association), la revista Industrial Fire World (sobre control de incendios industriales en todo el mundo), la Asociación Internacional de Jefes de Bomberos (International Association of Fire Chiefs) y la Asociación de Combustibles Renovables (Renewable Fuels Association), organizaciones involucradas con los combustibles alternativos, la conducción de pruebas científicas, la distribución y el almacenamiento de combustibles a granel, equipos de primera respuesta a emergencias y organizaciones clave de los cuerpos de bomberos.

En febrero del 2007, la EERC llevó a cabo una serie de 43 pruebas de incendio de desempeño individual para alcohol etilo desnaturalizado, etanol desnaturalizado con 5 por ciento de gasolina, y gasohol, definido por el Instituto Norteamericano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés) como gasolina regular sin plomo con hasta un 10 por ciento en volumen de alcohol etílico. El propósito del programa de pruebas era evaluar la efectividad de diversos concentrados de espuma y otros aditivos para agua en estos dos tipos de combustibles.

Los protocolos de las pruebas de incendio se basaron en los métodos establecidos para pruebas en superficie y de rociadores descriptos en la séptima edición de la UL 162, Norma sobre seguridad – equipos extintores mediante espuma y concentrados líquidos. La norma UL 162 establece los protocolos de pruebas de incendio para la aplicación de agentes en incendios por medio de diversas técnicas que emplean tasas de aplicación específicas. La tasa de aplicación se define en galones por minuto (gpm) de flujo de solución de espuma no expandida, dividido por el área de incendio. Por ejemplo, un incendio de 50 pies cuadrados con una tasa de flujo de 3 galones por minuto tendrá una tasa de aplicación de 0,06 gpm/pies2.

La norma de UL define a la aplicación del agente directamente sobre la superficie de un combustible líquido que arde como una aplicación de Tipo III, una técnica que permite al agente zambullirse y sumergirse en el incendio. Una aplicación de Tipo II consiste en una descarga fija aplicada a una superficie vertical, que permite al agente fluir en forma descendente sobre la superficie en combustión, lo que hace que la aplicación sea más moderada, con una inmersión o sumergimiento mínimos. UL clasifica a las aplicaciones de Tipo II y Tipo III como pruebas de incendio “en superficie”. Generalmente, las aplicaciones de Tipo III se utilizan para combustibles de hidrocarburos, mientras que las aplicaciones de Tipo II se usan para combustibles polares miscibles con solventes/agua, como el etanol.

La aplicación del agente por medio de rociadores permite efectuar las pruebas en rociadores con o sin aspiración de aire, como se observa en sistemas de protección fija para rampas de carga o en otras áreas de transferencia de combustibles. Tanto para las pruebas en superficie como para las de rociadores, la norma UL 162 requiere no sólo una extinción satisfactoria sino también un nivel de resistencia a la re-ignición y al retorno de la combustión, habitualmente denominada como resistencia a la combustión de retorno.

Se evaluaron los siguientes concentrados de espuma y aditivos para agua genéricos: Espuma formadora de película acuosa (AFFF) resistente al alcohol (AR-AFFF, por sus siglas en inglés); espuma de Clase A; AFFF regular, un agente emulsionante; fluoroproteína regular; y espuma fluoroproteica formadora de película resistente al alcohol (AR-FFFP, por sus siglas en inglés). Toda vez que fue posible, se utilizaron versiones con el 3 por ciento de cada uno de los agentes.

Resultados de las pruebas
Sólo los productos resistentes al alcohol, AR-AFFF y AR-FFFP, pudieron extinguir los incendios en las pruebas de incendio en superficie, y sólo extinguieron en forma satisfactoria los incendios de Tipo II. Para lograr la extinción, la AR-FFFP requirió una tasa de aplicación más alta que la AR-AFFF. De estos dos agentes, sólo la AR-AFFF pudo superar la parte de la prueba sobre resistencia a la combustión de retorno.

El AR-AFFF cumplió con todos los requisitos de la pruebas de incendio en superficie establecidos en la norma UL 162, aunque sólo cuando se empleó un método de aplicación de Tipo II. Únicamente la AR-AFFF pudo aprobar también la prueba para rociadores con rociadores sin aspiración de aire.

Sólo la AR-AFFF y la AFFF regular extinguieron los incendios de Tipo III aplicando la tasa de prueba recomendada en la norma UL, de 0,06 gpm/pies2. Se requirió una tasa de aplicación aumentada para que la AR-AFFF aprobara la parte de la prueba referida a la resistencia a la combustión de retorno. La AFFF regular no cumplió con el requisito sobre combustión de retorno ni siquiera a una tasa de aplicación tan alta como la establecida por la NFPA como tasa de aplicación mínima para incendios por derrames, que es de 0,10 gpm/pies2.

La AR-AFFF superó las pruebas para rociadores sobre gasohol mediante el empleo de cabezas de rociadores sin aspiración de aire, y la espuma fluoroproteica regular aprobó la prueba con cabezas de rociadores con aspiración de aire.

De acuerdo con lo previsto, podemos observar que los incendios con alcohol etílico desnaturalizado sólo pueden ser extinguidos con espumas resistentes al alcohol. Todas las otras espumas o aditivos para agua no son efectivos porque el manto de espuma se destruye al tomar contacto con la superficie del combustible.

Las espumas resistentes al alcohol deben ser aplicadas a incendios con etanol utilizando técnicas de aplicación de Tipo II. Para los servicios de respuesta a emergencias, ello implica dirigir el chorro de espuma sobre una superficie vertical y permitiendo que fluya en forma descendente sobre el combustible, en lugar de aplicarlo directamente a la superficie del combustible. La aplicación directa sobre la superficie del combustible será probablemente inefectiva, excepto cuando la profundidad del combustible sea extremadamente baja, no superior a un cuarto de pulgada o inferior.

Los incendios con gasohol pueden ser extinguidos utilizando AFFF convencional o AR-AFFF, aunque podrían requerirse tasas de aplicación aumentadas, especialmente para obtener una resistencia a la combustión de retorno más prolongada. También puede emplearse una aplicación directa de Tipo III sobre el gasohol.

Pueden utilizarse rociadores sin aspiración de aire con AR-AFFF tanto para etanol como para gasohol, a fin de brindar protección contra incendios en rampas de carga e instalaciones similares. El resto de las espumas demostraron ser inefectivas a las tasas de aplicación sometidas a prueba. El uso de espuma fluoroproteica regular, por medio de rociadores con aspiración de aire a tasas de diseño estándar, demostró ser efectivo en incendios con gasohol aunque no en incendios con etanol desnaturalizado.

En general, la AR-AFFF demostró ser el agente más efectivo y versátil sometido a prueba. Fue el único agente de acción satisfactoria en todos los escenarios de incendio.

  1. Fuente: Publicación en línea (PEI Journal Online) del Instituto de Equipamientos para la Industria Petroquímica (Petroleum Equipment Institute - PEI), 23 de octubre de 2007.

Guy Colonna es vice presidente adjunto de la División de Ingeniería Química y Aplicaciones para Protección contra Incendios de la NFPA.

Salida de Emergencia Alternativa



Por Ben Klaene & Russ Sanders

El egreso y el ingreso están intrínsecamente relacionados aunque a veces pueden entrar en conflicto. Por lo tanto es a menudo necesario establecer accesos de ingreso y egreso alternativos elevando el área operativa de los bomberos y/o las escaleras de incendio.

Las escaleras internas son las vías de egreso preferidas, pero a veces son inaccesibles o inadecuadas. Cuando se cuenta con ellas, los escapes de incendio constituyen salidas extras y también pueden funcionar como medios de ingreso para los bomberos y salidas de escape de pisos superiores. Los escapes de incendio serán la segunda vía de escape o ingreso a tener en cuenta ya que por un lado la utilización de los mismos requiere de menos bomberos que la colocación de escaleras de incendio por parte de estos, y por otro lado con adecuado mantenimiento, también los escapes mencionados son más seguros. Aún así, si éstos son incluidos en el plan de emergencia, dichos escapes de incendio deberán ser inspeccionados detenidamente en forma regular y se deberá también tener en cuenta la capacidad de los mismos. Una inspección adecuada generalmente implica algo más que sólo una inspección ocular, dado que el soporte estructural podría ser parte del edificio o incluso encontrase escondido. La mayoría de las normas no requieren específicamente este tipo de inspección, pero según Jim Dolan, el Código de Incendios de la NFPA provee a la autoridad pertinente con jurisdicción en el área de los medios necesarios con el fin de solicitar dichas inspecciones (ver NFPA 1/UFC: 1.4.7 Tests).

Más aún, se deberá mencionar en el plan de emergencia la ubicación y el acceso interior a todos los escapes de incendio (para obtener información adicional sobre planes de emergencia ver NFPA 1620, Prácticas Recomendadas para Panificación Pre-Incidente).

Se deberá decidir durante la planificación de emergencia donde puede usarse la plataforma aérea de bomberos de modo seguro y efectivo. Esto reviste especial importancia cuando los ocupantes se encuentran alojados en edificios con escaso acceso aéreo para el accionar de los bomberos o cuando exista limitado acceso externo. No olvide que las estructuras edilicias que están diseñadas para soportar personas y vehículos terrestres podrían no soportar el peso de aparatos aéreos. Del mismo modo, las estructuras colgantes podrían no disponer de espacio suficiente para permitir que dichos aparatos aéreos operen con seguridad y efectividad. Todos los elementos críticos mencionados pueden y deben ser tenidos en cuenta durante el proceso de planificación previa, y recuerde que generalmente los mecanismos aéreos proveen gran alcance, ofrecen una plataforma más estable, y necesitan de menor cantidad de bomberos para elevar y posicionar la escalera de incendios. Por tales motivos, la escalera aérea es más segura y una mejor alternativa que la escalera de piso sólo cuando puede ser acomodada sin problemas para acceder a áreas específicas.

El plan de emergencia representa una guía para la evaluación inicial del comandante del incidente, aunque algunos factores solo se conocerán durante el incidente mismo. Es esencial que se evalúe in situ la funcionalidad de las instalaciones de egreso, incluyendo la presencia o necesidad de vías de egreso e ingreso alternativas. Una práctica habitual en el pasado era que el primer carro de bomberos en llegar “se apropiara del edificio”. Dicha práctica está entre nosotros nuevamente ya que hoy día muchos departamentos “despliegan sus escaleras sobre el edificio en llamas” con el fin de ofrecer una salida de escape alternativa para los bomberos que se encuentran trabajando dentro del edificio en llamas.

Hoy es muy común que el Personal de Intervención Rápida (PIR) coloque sus escaleras en lugares estratégicos alrededor del edificio, pero aún así, ya sea que estas sean colocadas por el PIR o por otro personal presente, el despliegue de las escaleras sobre el edificio constituye una tarea esencial que debe ser llevada a cabo al inicio de la operación. Colocar una escalera en el techo del primer piso de un edificio representa un egreso alternativo para varios departamentos del segundo piso del mismo. Los SOP deben considerar en el despliegue de las escaleras lugares predecibles como el área de la ventana central en la parte posterior del edificio. Cuando las escaleras no puedan ser colocadas en lugares preestablecidos, o cuando los SOP no indiquen donde colocarlas, entonces será importante que el personal exterior las coloque para comunicar dicha área con el personal en el interior. Proteger y suministrar vías de egreso seguras del edificio en llamas es una táctica de seguridad de vida fundamental que debe proveer salidas alternativas tanto para los ocupantes como para los bomberos.

Por Ben Klaene & Russ Sanders, esta nota está adaptada del libro Structural Fire Fighting

En apoyo a los rociadores



Por Kathleen Almand

Investigaciones que fundamentan el uso de rociadores de incendio residenciales.

En el último año y medio, la Fundación para Investigaciones de Protección contra Incendios (Fire Protection Research Foundation) ha llevado a cabo cuatro proyectos de investigación diseñados para suministrar datos en apoyo a la instalación de rociadores en viviendas unifamiliares nuevas. Los proyectos son variados y solventados por diferentes grupos, pero comparten el proceso de investigación de la Fundación, incluido un fuerte vínculo con los usuarios. Estos proyectos, junto con estudios efectuados por la Coalición de Rociadores de Incendio Residenciales y otras, ofrecen sólidos cimientos para la instalación continua y difundida de rociadores de incendio residenciales. Para más información sobre estos proyectos, visite nfpa.org/foundation.

Incentivos en el costo de los rociadores de incendio residenciales
En este proyecto, el contratista de la Fundación, Newport Partners, LLC, identificó, calificó y estimó el valor aproximado de los incentivos de los sistemas de rociadores, incluidos créditos para constructores, reducción de impuestos a la propiedad, y la capacidad para utilizar rutas más angostas, que existen en 16 comunidades del país.

El panel técnico del proyecto de la Fundación, con representación de la Oficina de Inspección de Incendios del Estado de California, la Asociación Nacional de Constructores Residenciales, el NIST, y contratistas de edificación y de rociadores, hizo valiosos aportes para colocar al estudio en el contexto de la construcción residencial de la actualidad.

Requisitos de espaciamiento para rociadores ubicados en cielorrasos inclinados
rociadores residencialesLa norma NFPA 13D, Instalación de sistemas de rociadores en viviendas unifamiliares y bifamiliares y viviendas prefabricadas, ofrece pautas limitadas a los contratistas de rociadores y a la comunidad de cumplimiento sobre cómo ajustar las reglas de espaciamiento de los rociadores probados y habilitados para cielorrasos inclinados, de tipo catedral, y con vigas, habitualmente encontrados en residencias. El contratista, Hughes Associates, llevó a cabo un programa de modelización sofisticado, validado por pruebas a escala completa, para desarrollar un enfoque de ingeniería sobre el tema del espaciamiento y para ofrecer una guía sólida para una variedad de configuraciones típicas de cielorrasos sin la necesidad de probar cada uno.

Medidores de agua residenciales y rociadores de incendio residenciales

Cuando se debaten las ordenanzas para los requisitos de rociadores en viviendas unifamiliares y bifamiliares a nivel local o estadual, dos temas comunes surgen con respecto al suministro del agua: el uso total del agua durante la activación del rociador en un escenario de incendio en comparación con el uso del agua por parte de los bomberos y el desempeño convencional del medidor de agua durante la operación del sistema de rociadores. El contratista del proyecto, Exponent, Inc., recopiló datos de jurisdicciones de todo el país estimando el uso del agua en un escenario de incendio. Estos datos, junto a una investigación reciente de FM Global llevada a cabo por la Coalición de Rociadores de Incendio Residenciales (homefiresprinkler.org), prometen ayudar con información sobre el uso del agua. La segunda parte del programa estudiará el desempeño de los medidores de agua residenciales convencionales en escenarios máximos de flujo de rociadores de incendio para explorar su capacidad, características de pérdida por fricción y desempeño general.

Anticongelante en sistemas de rociadores de incendio residenciales
Nuestro contratista de investigaciones, Code Consultants, Inc., con el apoyo de un comprometido panel técnico de proyecto, llevó a cabo una revisión en dos partes de la literatura y programa de pruebas que exploraba el potencial para condiciones de riesgo con una gama de rociadores residenciales, en escenarios de espaciamiento, altura de cielorrasos, flujo de agua, e ignición. Para cumplir con la naturaleza de emergencia del programa, el estudio llevó seis meses. El resultado constituye una guía comprehensiva sobre umbrales de seguridad para el uso de soluciones anticongelantes comunes en una variedad de escenarios de rociadores de incendio residenciales. Esa guía ya ha servido como sólida base para el debate del Consejo de Normas de la NFPA y de los comités técnicos, y como alerta de seguridad contra incendios de la NFPA sobre este tema.


FUENTE Journal NFPA

jueves, 17 de junio de 2010

Cromagnon y la multiplicación de las culpas

Por Ricardo A. Guibourg
Para LA NACION
Noticias de Opinión: anterior siguiente
Viernes 24 de octubre de 2008 Publicado en edición impresa
La primera enseñanza de la filosofía es que, si una pregunta no está bien formulada, es inútil buscarle respuesta. La segunda, que para formular correctamente una pregunta es preciso expresarla en palabras que todos puedan entender, cualesquiera que sean los intereses o los sentimientos con los que vaya a responderla. En un campo tan vinculado con intereses y sentimientos como es el derecho, esta depuración es bastante difícil y extraordinariamente rara.
Hace varios años, una catástrofe sucedió durante un concierto en un local llamado República Cromagnon. Hay una decisión judicial pendiente, pero innumerables ciudadanos han juzgado ya en su corazón. Cada uno ha identificado a una persona o a un grupo de personas como responsable o culpable del hecho.
¿Quién tuvo la culpa de Cromagnon? ¿El inconsciente entusiasta que tiró una bengala? ¿Los artistas o empresarios que acaso convocaban a arrojarlas? ¿El titular del local que instaló elementos combustibles? ¿Los bomberos o inspectores que, por ignorancia, negligencia o dolo, lo hayan permitido? ¿El que cerró una salida con candado? ¿El jefe de bomberos, que debía prevenir incendios? ¿El ex jefe de gobierno, responsable último de los inspectores? ¿Los asistentes, que se apiñaron en un lugar reducido, por lo que arriesgaron su vida y la de sus hijos pequeños?
Todos estos hechos, de ser confirmados, se hallan inscriptos en una interminable red de condiciones causales que, en su conjunto, determinaron la tragedia. No son los únicos, sin embargo. Alguien fabricó y vendió bengalas y elementos inflamables; alguien contrató a los inspectores; alguien votó al jefe de gobierno; alguien omitió educar a los jóvenes en principios y prácticas de prudencia en las aglomeraciones; algunos individuos, en ocasiones anteriores, aprovecharon la salida de emergencia para entrar sin pagar, lo que pudo influir como motivo para clausurar la abertura.
Las relaciones causales forman una espesa telaraña que, en teoría, abarca infinitos hechos dentro de un abanico abierto hacia el pasado. Entre todos ellos, elegimos alguno y, como nos parece relevante, lo llamamos "causa". Ninguno es, objetivamente, más ni menos condición causal que cualquier otro, pero uno o unos pocos suscitan nuestro interés, por razones políticas, morales, jurídicas o simplemente emotivas. Cuando la "causa" que hemos identificado se vincula con una consecuencia benéfica, la llamamos "mérito"; cuando la consecuencia es deplorable, la llamamos "culpa". Una vez aclarado el mecanismo, ¿quién o quiénes tienen la culpa de una tragedia como esa?
Los especialistas en derecho penal debaten acerca de una elaborada concepción de la culpabilidad, pero en el ámbito del discurso de los ciudadanos, mucho menos técnico, esta palabra deja un amplio campo a la selección de las condiciones causales (identificación de la causa) entre las numerosas que se hallen vinculadas con la conducta humana (requisito para convertir la causa en culpa).
¿Elegiremos como culpables a quienes introdujeron las condiciones más inmediatas? ¿A los que hicieron algo reprobable, cualquiera que fuere la cercanía de su relación causal con el resultado? ¿A los que han omitido impedir la catástrofe, aunque sea de manera poco inmediata? ¿Cómo valorar la incidencia que habrían tenido en el resultado las acciones que no se realizaron?
Surge aquí otra pregunta más terrible: ¿experimentamos, acaso, una tendencia a identificar como culpables a los implicados que ?por la razón que sea? nos inspiran menos simpatía? ¿La culpa siempre la tiene el otro, el distinto, el adversario?
En este contexto, pueden insinuarse incómodas perplejidades. El jefe de gobierno fue destituido, entre gritos de "¡Asesino!", por su responsabilidad política, pero las víctimas ?por el hecho de serlo? parecen hallarse exentas de todo reproche en un hecho en el que algunas de ellas, al menos, participaron activamente. Los artistas son culpados por quienes toman en cuenta que la pirotecnia era un elemento habitual en sus presentaciones, pero defendidos por otros que exhiben camisetas con el nombre del grupo, lo que parece indicar una adhesión de origen ajeno al grado de participación causal en el hecho.
No pretendo aquí acusar ni defender a ninguna de las personas involucradas en el hecho: para eso están los tribunales. Sólo quiero llamar la atención acerca del modo poco racional con el que un concepto tan grave como el de "culpa" es manejado en el seno profundo de la opinión pública. Un famoso penalista alemán, Günther Jakobs, ha propuesto un "derecho penal del enemigo", que trata con menos garantías a quienes sean considerados opuestos al sistema central de convivencia. Cuando nos dejamos llevar por nuestros sentimientos personales al distribuir las "culpas" de un hecho (práctica en la que el caso Cromagnon sirve apenas como ejemplo), ¿no estamos creando nuestro propio y caótico derecho penal del enemigo? ¿Queremos la misma justicia para todos, o ?como en tantos siglos anteriores? sólo buscamos defender a nuestros amigos y combatir a quienes concitan nuestro odio?
Tampoco lanzo con esto un reproche indiscriminado, porque todos somos víctimas de la vaguedad del lenguaje, fenómeno que alcanza, sin que lo advirtamos, a una gran cantidad de vocablos de la mayor importancia política y jurídica. Propongo, en cambio, que combatamos la ingenuidad lingüística, que en esta materia implica ingenuidad moral, política y jurídica, y así como miramos al trasluz los billetes para ver si son auténticos, nos cercioremos del significado de las palabras que usamos ?"culpa" entre otras muchas? para que su magia emotiva, equivalente al engaño del billete falso, no nos lleve a proclamar conclusiones cuyas premisas no estemos realmente dispuestos a sostener frente a otros desafíos. Esto es teoría, base indispensable de la práctica. Esto es filosofía del derecho, fundamento inevitable de cualquier opinión acerca de la ley y de su aplicación a los casos concretos.
El autor es director de la maestría en Filosofía del Derecho de la UBA y juez de la Nación

jueves, 27 de mayo de 2010

POTENCIAL DE EXTINTOR

Potencial extintor
El potencial extintor es un índice de tres variables que define y mide la aptitud de un extintor para apagar determinado fuego. De las tres variables, la más determinante es la calidad del polvo extintor del agente utilizado; la segunda variable considera las características físicas del equipo (tiempo de descarga, caudales y demás); y la tercera depende de la habilidad del operador.

Los tres elementos, sin embargo, influyen en la determinación del potencial extintor para definir el potencial extintor, fundamentalmente se realizan dos ensayos. Para fuegos A, sobre madera; y para fuegos B, sobre combustibles líquidos.

De los dos sistemas de calificación de potencial extintor, el norteamericano (que trabaja sobre bandejas cuadradas) y el europeo (que trabaja sobre bandejas redondas), en la Argentina se usa el sistema norteamericano.

Éste define el potencial extintor por medio de un número que refiere la superficie del fuego apagado, mientras que en el europeo el número refiere la cantidad de litros de combustible. Por definición, el potencial extintor es el 40% del área en pies cuadrados que puede apagar un operador especializado.

Para calificarlo, se coloca un fuego sobre determinada bandeja y se tira tres veces con un extinguidor. Si de las 3 veces el extintor apaga 2, entonces en ese equipo califica ese potencial extintor. Si de las 3 apaga 1, no califica. La bandeja tiene un número referido al área, y es el que va asociado al matafuego.

Cuando la placa de un matafuego dice 20 B, es una bandeja de 20 B, es decir, una superficie determinada. En cuanto al potencial extintor A, el ensayo es similar pero sobre una pira de listones de madera. En este caso cambia la cantidad de listones y el tamaño de la pira en función del potencial extintor.

Uno de los debates en torno a la modificación de la norma 3517 es si sé incorpora o no el tema del potencial extintor (regulado en la norma 3542). Por lo general, el Subcomité de Elementos contra Incendio trabaja por consenso, aunque si la discrepancia es muy grande cuenta con la instancia de la votación.

De todos modos, es muy difícil que llegue a utilizar ese recurso, lo cual es razonable teniendo en cuenta que se trata de cuestiones técnicas. En estos días, una de las propuestas que se debaten es anexar a la norma 3517 una tabla que defina el potencial extintor de cada matafuego.

Acerca de este tema, el Ing. Juan Carlos Fernández (IRAM), integrante del Subcomité de Elementos contra Incendio, opina: "Esta es una discusión que está presente en la comisión. En realidad, dicha tabla debería ir incorporada en la norma de fabricación, porque la 3517 es una norma de mantenimiento y recarga; y no se puede hablar de potencial extintor sobre equipos que fueron fabricados originalmente, es decir, sobre equipos que tienen diez años de antigüedad.

Yo creo que el criterio correcto es no incorporarla, porque la norma que está en cuestión se refiere a extintores de recarga; y no se puede hablar de potencial extintor sobre matafuegos que fueron recargados."

Teniendo en cuenta el tema del potencial extintor, le preguntamos al Ing. Juan Carlos Fernández cuál es la importancia del debate y por qué la comisión no trabaja con la norma 3542. Esto es lo que contesto:

"La norma 3542 define cómo se califica un extintor, y la norma 3523 habla de la capacidad nominal y es la que regula la fabricación. En todo caso, si se quisieran levantar Los estándares de potencial extintor, lo que habría que modificar son los mínimos exigidos en la norma 3523. Seguramente existen firmas que están trabajando para levantar sus niveles de extinción. Pero este tema también se tiene que resolver por consenso. De todos modos, este año se avanzó muchísimo respecto del aumento de potencial extintor.

Lo más importante es que los máximos potenciales, que hoy se destacan respecto del resto, son alcanzados con operadores que fueron traídos del exterior, altamente especializados, y que tienen muchas ventajas respecto de un operador nacional. Por lo tanto, la ventaja, al ponerla en comparación, termina siendo relativa. Porque, por ejemplo, si yo pongo con mi matafuego a ese operador internacional, seguramente voy a alcanzar ese potencial extintor que con un operador nacional no alcanzo. En general, quienes utilizan operadores nacionales están en el mismo nivel de potencial extintor".

Si bien las normas rigen un mínimo potencial extintor para cada capacidad, según el desarrollo comercial de cada empresa los matafuegos pueden calificar por sobre éste. Sin embargo, en los EE.UU. no se fijan mínimos. Allí la sociedad está mentalizada para comprar el matafuego que ofrece el máximo potencial extintor.

Al respecto, el Ing. Juan Carlos Fernández afirma: "En la Argentina ese concepto aún no está incorporado, y debería ir cambiándose con los años; pero convengamos que siempre habría que hablar de esto en cuanto a extintores nuevos, de fabricación. Porque el potencial extintor se determina tomando una muestra de un lote de extintores de iguales características. Es decir, se prueba ese extintor en forma particular. Si extingue de tal forma se dice que todos los que están producidos con iguales características extinguen de esa misma manera.

En extintores de recarga no se puede hacer eso porque son todos distintos. En suma, es impensable hacer una muestra porque son muy heterogéneos, y no se puede sacar una muestra de un lote que va a ser muy pequeño como para definir un potencial extintor".

Por lo pronto, a la hora de considerar el tema del potencial extintor versus la capacidad nominal, habrá que tener en cuenta que el matafuego apaga lo que indica su placa siempre y cuando contenga el polvo específico con el cual se determinó su potencial. Es decir, si ese mismo matafuego se recarga con otro polvo estándar, ya no apaga lo que señala. Por este motivo, a la hora de comprar, el usuario debe asegurarse de que el extintor contenga el polvo que lo califica para apagar determinado tamaño de fuego. Por ejemplo, si un matafuego de 5 Kg califica en un determinado potencial extintor, un equipo de 2,5 Kg puede calificar en el mismo potencial cuando contiene un polvo de mejor calidad que el primero.

Interrogado sobre si la capacidad nominal es un criterio obsoleto para elegir un matafuego, el Ing. Juan Carlos Fernández opinó:

"No es un criterio obsoleto, es el criterio que hoy está implantado en el país y que va a llevar su tiempo corregir Yo creo que estamos empezando a modificar la conciencia de compra de la gente, pero recién empezamos este camino.

Por esta razón, el IRAM tiene la función de regular toda esta actividad. En todo caso, lo que hay que fijarse bien es si los equipos que dicen tener un potencial extintor mayor están realmente cargados con el polvo que certifica ese potencial extintor.

Por ejemplo, un extintor, para lograr el potencial más alto, tiene que estar cargado con el polvo ABC-90, y los polvos estándar que se usan son ABC-50. El índice 50 ó 90 indica el contenido de fosfato monoamónico que el polvo tiene, que es la materia activa que un polvo ABC tiene para combatir el fuego.

Cuanto más contenido de fosfato tiene, de mejor calidad es el polvo, porque el fosfato es lo que actúa químicamente con el fuego. Ahora bien, un polvo con más contenido de fosfato es más caro que uno con menor contenido de fosfato.

Por otro lado, si bien el equipo es de menor capacidad, el polvo con el que está cargado es más caro que en los otros. Es verdad que operar equipos más pequeños es mucho más sencillo, incluso para las mujeres o personas menudas. Esto es rigurosamente cierto, y es una ventaja en cuanto a prestación. Normalmente, cuanto menos peso tiene el equipo, más versátil es."

Más allá de esto, a la hora de comprar, lo importante es exigir matafuegos que tengan certificado de calidad IRAM; y si se trata de una recarga, que ésta también tenga el sello IRAM de conformidad con la norma 3517.

Es necesario tomar este recaudo, dado que hoy en día existen firmas que fabrican extintores y empresas que recargan, ambas sin sello IRAM. Por lo demás, el IRAM les exige a las empresas determinados requisitos de cumplimiento y de procesos, realiza auditorías periódicas visitando las empresas al azar, sin ningún aviso previo, retira muestras de la producción y verifica que la norma se cumpla. Sin duda, esto le da al usuario una garantía de calidad adicional.
Angel Francisco Comasco

domingo, 11 de abril de 2010

CURVA DE FUEGO - TEMPERATURA vs TIEMPO

Con este grafico podemos observar el comportamiento de un incendio “tipo” y sus variables en cuanto a temperatura y fenómenos físicos químicos.
De esta manera vemos la importancia de la resistencia de los elementos constitutivos de una edificación, durante la etapa de “desarrollo y Decaimiento”. Tengamos en cuenta que el diseño como los elementos que componen la estructura de un edificio, garantizaran la supervivencia de sus ocupantes; ya que el incendio si no es controlado en forma inicial, sufre de un crecimiento acelerado, descontrolándose y no es sino hasta la llega de los equipos profesionales de emergencias o bien hasta que el combustible se acaba, recien es donde este decae y se extingue.

Aquí les dejo un video donde se observa la fase incipiente de un incendio, y su desarrollo hasta generalizarse en toda la habitación.

Por último les dejo el concepto del termino flashover, también llamado Combustión Súbita Generalizada, es la transición de un incendio, de su fase de desarrollo a la fase de incendio totalmente desarrollado, en la cual la liberación de energía térmica es la máxima posible, en función del combustible causante del mismo. Es una combustión que afecta a todo un recinto cerrado en el que todos los materiales que se encuentran en el mismo se ven implicados en el incendio, entrando en combustión de forma súbita y casi simultánea

jueves, 8 de abril de 2010

Explosiones de San Juan Ixhuatepec de 1984

Las explosiones de San Juan Ixhuatepec de 1984 fueron una cadena de explosiones BLEVE ocurridas en una de las plantas de almacenamiento y distribución de Petróleos Mexicanos (Pémex) en San Juan Ixhuatepec (Tlalnepantla de Baz, estado de México), dentro de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Dichas explosiones comenzaron a las 5:45 a.m .Tiempo del Centro (11:45 a.m. UTC) del 19 de noviembre de 1984.
El accidente provocó la muerte de entre 500 y 600 personas enterradas en fosas comunales y un aproximado de 2.000 heridos, gran parte de los cuerpos estaban carbonizados, muchos de los fallecidos murieron envenenados por el gas propano. Se dice que fue de tal magnitud y radiación que aunque no se encontraran los cadáveres, se podían ver las sombras donde la personas estaban paradas al momento de las explosiones
¿Que paso?
El incidente tuvo lugar en una de las plantas de almacenamiento y distribución de Gas Licuado del Petróleo (GLP), cuya propiedad pertenece a la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX) y tiene la función de repartir el combustible almacenado a diversas empresas encargadas de distribuirlo.
El origen de la catástrofe ocurrió alrededor de las 5:30 a.m. cuando se suscitó la rotura de una tubería de 20 cm de diámetro que transportaba Gas LP desde tres refinerías diferentes, hasta la planta de almacenamiento cerca de los parques de tanques, que estaban compuestos por 6 esferas y 48 cilindros de diferentes capacidades. El sobrellenado de uno de los depósitos y sobrepresión en la línea de transporte de retorno, fueron uno de los probables factores que, con la falta de funcionamiento de las válvulas de alivio del depósito de sobrellenado, provocó una fuga de gas durante casi diez minutos.
Alrededor de las 5:40 a.m., esta fuga propició la formación de una gran nube de vapor inflamable de unos 200 metros por 150 metros, la misma que entró en ignición alrededor de 100 metros del punto de fuga, donde se puso en contacto con algún punto de ignición, como pudo ser alguna antorcha encendida al ras del suelo o una chispa producida por electricidad estática. Esta hizo que se generara un incendio de grandes proporciones que afectaría en primer momento a diez viviendas que rodeaban a la planta; para las 5:45 a.m., una pequeña esfera se incendió generando una bola de fuego (BLEVE) de unos 300 metros de diámetro y 500 metros de altura aproximadamente, a la que seguirían múltiples explosiones en cadena, generadas por otras cuatro esferas y quince cilindros, durante alrededor de hora y media, culminando en forma menos violenta hasta alrededor de las 10 de la mañana. Fue tal la radiación térmica, que tan sólo el 2% de los cadáveres rescatados pudieron ser reconocidos, de igual manera el resplandor de la explosión pudo verse en lugares más lejanos de la Valle de México.
Mientras los bomberos luchaban inútilmente contra el incendio, fue requerida la ayuda de otras comunidades cercanas, como de la delegación Gustavo A. Madero, y el municipio de Ecatepec de Morelos.
Lo que ocurrió durante la tragedia
Los siguientes episodios son descritos por Carlos Monsiváis en su crónica sobre el desastre de San Juan Ixhuatepec.1
• La explosión pudo verse en lugares lejanos de la ciudad como un resplandor, según testimonio de la época como el Ajusco, y el sur de la misma.
• Fue tal la magnitud de la explosión, que los cuerpos de emergencia apenas podían controlar parte de las llamas, lo que se pudo hacer, fue dejar que el gas se quemara para poder vaciar los tanques y esferas restantes que aún no habían estallado y reducir el daño de la tragedia.
• Había temores de que plantas cercanas al siniestro pudiesen estallar.
• Fue tal el grado de radiación térmica que gran cantidad de gente quedo calcinada sin haber podido reaccionar y sin haber podido reconocerse.
• Los autobuses, vehículos particulares y camiones que pasaban por la zona cercana y por la autopista México-Pachuca, subían a la gente sin cobrarle para llegar a salvo al paradero de la estación del Metro Indios Verdes o a otros destinos lejos de la tragedia como la zona poniente de Tlalnepantla, Cuautepec, Lindavista, Ticomán, entre otras.
• La magnitud de este desastre también hizo temblar la tierra lo cual fue registrado por algunos sismógrafos y sensores sísmicos.
Después del desastre
La zona quedó totalmente destruida, y la poca gente que sobrevivió pudo huir a lugares lejanos al lugar de la tragedia, la topografía difícil del lugar también contribuyó en parte a entorpecer el rescate y el combate al siniestro. Los cuerpos de emergencia no se daban abasto, por lo algunas familias trataron de curar a base de remedios caseros. El porcentaje de cadáveres que se pudieron reconocer llego al 2% situación que colocó a una gran parte de fallecidos en varias fosas comunes del área que hoy en día ocupa un parque publico.
Incidentes posteriores
El 12 de noviembre de 1996, dos depósitos de gasolina regular sin plomo estallaron juntos en la planta Satélite Norte, instalaciones nuevas hasta entonces construidas por la paraestatal a un kilómetro de donde había ocurrido la explosión de 1984. El nuevo incendio pudo combatirse hasta su extinción hasta la madrugada del día siguiente, algunas fuentes oficiales confirmaron 2 muertos y 14 lesionados, por lo que no tuvo la misma intensidad que los ocurridos 12 años antes, sin embargo, los mecanismos de alerta y evacuación funcionaron correctamente y se pudo evacuar la zona para minimizar el daño.
Ver esta web: http://www.eluniversal.com.mx/graficos/especial/EU_sanjuanico/index.html

VISITAS